LA MOVILIDAD URBANA III
Por: Abogado Eduardo Lara Salazar
Dentro de los enfoques que hacen
vida en el tema de la movilidad urbana se encuentran lo ambiental, la seguridad
y los intereses vecinales propiamente.
Los aspectos ambientales en este
caso vienen circunscritos a puntos como la contaminación del aire o por ruidos.
En cualquier caso no es despreciable considerarlas porque – por ejemplo - un
espacio con ruidos constantes no ayuda mucho en la causa de la movilidad porque
existirán iniciativas vecinales, comerciales o de otro tipo para disminuirlas o
cesarlas.
La polución atmosférica, si bien
es algo que no extraña en los ámbitos urbanos, no es menos cierto que las
deficiencias en el control inciden negativamente, no solamente en la calidad de
vida por razones obvias. Si las políticas públicas incentivan el uso del
automóvil, se está aumentando la posibilidad de generar problemas ambientales.
Esto también produce migración de especies como algunas aves que – ante la
agresión del medio circundante – prefieren buscar otros espacios para hacer
vida. Las corrientes de vientos pueden afectarse ante la tala indiscriminada de
árboles u otras prácticas desarrollistas.
La energía es importante cuantificarla
en términos de gasto, lugares para la recarga de combustible y otros elementos,
puesto que producirla, almacenarla, distribuirla y venderla son tareas que
originan costos que, a menudo, para el conductor y el sector público deben ser
objeto de análisis, pudiendo suceder que se amerita un subsidio o su
eliminación, por ejemplo.
Estas consideraciones deben ser
valoradas por los planificadores para la elaboración de ejecución de políticas
públicas. Una ordenanza que ponga en riesgo la variable ambiental por más que
favorezca la movilidad urbana, en algún momento, se reconsiderará por
iniciativa vecinal o de ecologistas.
Por su parte, la seguridad no
solamente se vincula con los niveles delincuenciales que se produzcan en un
espacio, sino que se extiende a consideraciones de medir los niveles de
accidentabilidad, riesgos de desplazamiento por peatones, especialmente
personas con discapacidad o movilidad reducida, niños; que se exponen a ser
lesionados producto de la circulación. También las condiciones del estado de
las vías, incluidas aceras, semáforos, lugares para estacionamiento, pasarelas,
distribución de paradas de transporte, cruces o pasos peatonales y otros
integrantes del mobiliario urbano.
El uso de los espacios – en
ocasiones – puede transformarse en una suerte de competencia entre los
conductores y peatones; todo con el basamento de la movilidad y acortamiento de
tiempo en las distancias. Esto da pie a los accidentes de tráfico, bien sea que
estén involucrados solamente vehículos o peatones. La intervención de las
autoridades policiales o asistenciales provoca retrasos en el tránsito y, por
ende, en la movilidad cuando atienden esas situaciones particulares que afectan
al resto. Sin embargo, nadie está exento de verse involucrado en un problema de
esta naturaleza.
De hecho, los municipios que
cuentan con cuerpo de policía deben disponer – indefectiblemente - de efectivos
en materia de tránsito, lo que se denominaba con anterioridad como policía de
circulación y que la actual legislación policial los circunscribe a una
Dirección de Vigilancia de Transporte Terrestre (DVTT).
Aquí la educación y seguridad
vial van tomadas de la mano para una mayor y mejor movilidad urbana. Esto es
algo que los planificadores deben potenciar para atenuar los riesgos de la
circulación.
Existen situaciones que tienen
que ponderarse porque no solamente la relación conductor-peatón se produce en
calles y avenidas andando. También existen zonas que requieren el manejo de
carga, como es el traslado, entregas, almacenamiento, entre otros puntos. La
interacción de otros conductores y peatones requiere constante evaluación.
De hecho, en los municipios que
cuenten con ordenanzas que regulen el uso y circulación de las vías públicas,
se tienen que legislar estos escenarios, porque forma parte de sus
competencias.
Se siente que el uso de los
espacios por los conductores es percibido como voraz porque, a mayor necesidad
del uso del vehículo, mayor también será la demanda de espacio, lo que tiene
que conciliar con los otros usuarios.
Se sugiere al lector dar un vistazo a otros artículos de mi autoría
denominados “Competencias Municipales”, “Municipio y Servicio de Policía”,
“Municipio y Planificación”, “Municipio y Participación Ciudadana”, “Municipio
y Seguridad Ciudadana”, “Medios de Gestión”, “Organización y Gestión
Municipal”, “El Alcalde”, “La Función Ejecutiva del Municipio”, “Los
Concejales”, “El Concejo Municipal”, “La Función Legislativa en el Municipio”,
“El Área Metropolitana de Caracas”, “El Cabildo Abierto”, “El Consejo Federal
de Gobierno”, “El Mobiliario Urbano”, “Municipio y Urbanismo”, “El Presupuesto
Participativo”, “La Asamblea de Ciudadanos”, “Instrumentos Jurídicos
Municipales”, “La Justicia de Paz Comunal”, “La Autonomía Municipal”,
“Cogestión y Autogestión”, “La Consulta Pública en el ámbito municipal”, “La
Iniciativa Legislativa en el ámbito municipal”, “Instancias de Atención
Ciudadana”, “Medios de Comunicación Alternativos”, “Municipio y reforma
habilitante 2014 Ley Orgánica de Gestión Comunitaria”, “Municipio y reforma
habilitante 2014 Ley Orgánica de Administración Pública”, “Municipio y
Servicios Públicos”, “Potestad Reguladora vs Potestad Tributaria”, “Las
Mancomunidades”, “Las Ordenanzas y su ubicación en el ordenamiento jurídico
venezolano”, “Municipio, Transporte y Tránsito Terrestre”, “El Cabildo
Metropolitano de Caracas”, “Municipio y reforma habilitante 2014: Ley de
Simplificación de Trámites Administrativos”
entre otros que aparecen publicados en www.eduardolarasalazarabogado.blogspot.com para tener mayor información.
En otra oportunidad se tocarán aspectos relacionados con el tema.
El país se construye desde sus municipios.